Para dar mención de un origen específico de un periodismo sindical, popular y de izquierda no se debe tomar como referencia el año de 1922 en el que se llevó a cabo “el bautizo de sangre”, lucha en la que se dio matanza a gente y obreros del pueblo de Guayaquil. El verdadero surgimiento de la idea de prensa sindical y de izquierda data desde el aparecimiento de los trabajadores asalariados de la costa resultantes del auge agro-exportador. L.V.
Con el aparecimiento de los trabajadores, se dieron las reformas liberales que permitieron la formación de grupos sociales (sindicatos), que tenían la capacidad de cuestionar la precaria disposición existente con una incipiente conciencia de clase; uno de estos grupos era el proletariado gente que trabajaba en los ferrocarriles y en otras pocas industrias instaladas a raíz de la Primera Guerra Mundial; estas personas en 1920 alcanzaron un grado relativamente elevado de organización.
La organización se mostro también en ciertos sectores que lograron acceder a la educación gracias a la democratización cultural impulsada por el liberalismo. Todo esto ocasiona que la prensa sindical de izquierda surja, como un camino para su liberación. P.R.
La organización se mostro también en ciertos sectores que lograron acceder a la educación gracias a la democratización cultural impulsada por el liberalismo. Todo esto ocasiona que la prensa sindical de izquierda surja, como un camino para su liberación. P.R.
A pesar de la represión, y aun obteniendo mejoras para las condiciones de vida de la mayoría de la población obrera, los trabajadores buscan una manera de lucha en donde puedan denunciar las inestabilidades de sus trabajos. Por esto es que los sectores trabajadores, junto con los obreros y eventualmente los indígenas; impulsaron el florecimiento de publicaciones como La Voz del Obrero (1916-1919), El Artesano (1926), Prensa Chicha (órgano en que se fusionaron once periódicos de izquierda en 1932), El Obrero (1933), El Obrero del Volante (1936), Avanzada Obrera (1939), Vanguardista (1938). L.T.
Estas publicaciones ofrecen la oportunidad de que se empiecen a producir más periódicos en los que se empiezan a publicar temas acerca de los problemas, intereses, situaciones laborales, etc., que vivían los sectores del proletariado, todo esto se da para crear una manera de contragolpe a la burguesía dominadora, haciendo que los periódicos sean los voceadores (voz) del pueblo. Las grandes centrales obreras son quienes empiezan a producir periódicos, estos al ser publicados no tuvieron un gran número de circulación pero fueron los voceros de organizaciones sindicales y políticas. Convirtiéndose en un periodismo de gran unión con la fuerte postura política y de clase social por la que se luchaba.
Los periódicos son:
· Unidad Sindical
· Nuevo Obrero
· Voz Obrera
· Antorcha Popular
· Unámonos
· Prensa Obrera
· Voz Artesanal
· Vanguardia Proletariada
· EL Pueblo (antiguo vocero del partido Comunista, apareció en la década de los 40) M.C.
Dentro de los periódicos de la época se lucen dos que hasta la actualidad siguen ejecutando su labor el primero es “El Mercurio” de Cuenca, este inicia su publicación en 1924, dentro de una línea conservadora, este periódico trabaja dentro de un plan de armonía social, todo en beneficio del pueblo. El otro es el periódico “En Marcha”, que es uno de los voceros más antiguos y permanentes de la izquierda revolucionaria, su primera edición es publicada en 1963. J.R.
Lamentablemente el desarrollo de esta prensa popular era inestable ya que la historia no registra proyectos editoriales importantes, que hicieran contrapeso a una antigua industria periodística capitalista. Por esto es que la prensa sindical, popular y de izquierda a pesar de haber desempeñado un papel importante en la lucha del proletariado, ha sido muy poco estudiada ya que se conocen muy pocos datos a cerca de su trayecto. P. M.
LITERATURA CONSULTADA
Villaroel, Marco, Historia de la Comunicación Social.
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